Devocional
- Ministerios Casa de Dios

- 10 feb 2022
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Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor.
3:13-19 El apóstol parece ser más ansiosos no sea que los creyentes deben ser desalentados y débil en sus tribulaciones, y no que lo que él mismo tuvo que soportar. Él pide bendiciones espirituales, que son las mejores bendiciones. La fuerza del Espíritu de Dios en el hombre interior; fuerza en el alma; la fuerza de la fe, para servir a Dios, y para cumplir con nuestro deber. Si la ley de Cristo está escrita en nuestros corazones, y el amor de Cristo ha sido derramado allí, entonces Cristo mora allí. Cuando su Espíritu mora, allí habita. Debemos desear que los buenos afectos pueden ser fijos en nosotros. ¿Y cómo deseable tener un sentido fijo del amor de Dios en Cristo a nuestras almas! Cómo poderosamente el apóstol habla del amor de Cristo! La amplitud muestra su extensión a todas las naciones y se encuentra; la longitud, que continúa desde la eternidad y hasta la eternidad; la profundidad, el ahorro de los que se hundió en las profundidades del pecado y la miseria de su; la altura, su criarlos hasta la felicidad celestial y la gloria. Los que reciben gracia por gracia de la plenitud de Cristo, se puede decir que se llena de la plenitud de Dios. ¿No debería satisfacer al hombre? ¿Tiene que necesita llenarse con mil bagatelas, creyendo así a completar su felicidad?






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